¡Menudo bicho raro soy!

¿Algunas veces te has sentido un bicho raro? ¿Incomprendida?... A esta que escribe le suele pasar a menudo, sobre todo por las mañanas, cuando llego con las pilas supercargazas y no dejo de darle a la sin hueso (la lengua), saltando de un tema a otro sin sentido lógico como si me hubiese vuelto loca de repente.

Supongo que no todos tienen el mismo ritmo que yo por la mañana, después de haberme levantado hace tres horas, tomarme dos cafés y hacer millones de cosas antes de salir para el trabajo, Ela me mira como si me faltara una tortillería y sus ojos parecen decirme ¿vas a empezar tan pronto hoy?....y Elo…nada…en su mundo con una cara tan larga que parece que se le va a caer la mandíbula y la va a dejar sobre la mesa.

Hoy viernes he llegado con las pilas alcalinas DURACELL a tope de carga (reconozco que no suele ser normal en mi)… pero el resto de mis compañeros están a medio gas y creo que les molesto con mi verborrea sin sentido…

¡Señores!, el ritmo energético con el que había empezado la mañana, ha caído en picado como un termómetro en la ANTÁRTIDA.
Ha llamado la puñetera de mi hermana mayor, para decirme que si podía dejar el tema de la compra de unas pastillas súper necesarias para ella, para la semana que viene… ¡Ya me ha calentado los cascos! Yo que estaba de buen rollito. Le he preguntado con un poquito de mala leche por esa decisión de última hora y he añadido que las necesita para los próximos dos días… Me ha soltado la retahíla de siempre de que la farmacia la esta engañando con las valerianas que se toma como gominolas para dormir, (sus clásicas paranoias) cuando yo se de primera mano que se queda frita en cuanto le hacen efecto, más o menos en media o una hora (lo se por la sinfonía que monta con sus ronquidos). Yo no se si mi hermana es telépata o que, pero justo cuando yo me encuentro bien ella se levanta pensando, a quien puede joder el día…una lista mental o algo parecido... yo siempre estoy la primera. Ya podría llamar a su hija y dejarme a mi en paz.

Algunas veces pienso, que hay personas por ahí, que se alimentan de la energía positiva que llevamos, como si fueran parásitos y nos “vomitan” toda la negatividad que ellos transportan a raudales. Mejor aún, yo soy la que absorbo la energía negativa y los malos rollos que hay a mi alrededor, como si fuera un agujero negro en medio del Universo.

Por de muy buen rollo, que llegue yo a la empresa, en cuanto mi jefe empieza a llamar a todos, con mala leche... o veo el careto del resto de los compañeros, como si el banco les hubiera embargado las cuentas o les hubiesen desahuciado, empiezo a sentir como me pesan los miembros superiores e inferiores (brazos y piernas), los parpados adoptan la posición de adormecer y me entran una terribles ganas de irme a mi casa, acostarme y taparme la cabeza hasta que pase todo el mal que veo a mi alrededor.

Se supone que el viernes debería ser un día súper guay como dicen los adolescentes. ¡Llega el fin de…! al día siguiente no tienes que madrugar, tienes tiempo para planchar la oreja a gusto…ver la tele hasta las tantas. O sea, el viernes es para tomarse las cosas con mas calma…planear cosas para hacer el sábado y domingo… hacer argollas a tutti plen. Pero llegas… y el panorama es tan desalentador, que piensas que lo mejor es que te calles y te dediques a trabajar. A lo sumo y como último recurso te pongas a escribir lo que piensas en una hoja de WORD y así dejas de dar la vara al resto, que no están de humor para escuchar tus chorradas.