sábado, 25 de enero de 2014

Para mama



Hola amigos lectores de mi blog.
Hace tiempo que no escribo. “Ves pasar la vida por delante y no tienes tiempo, ni ganas de vivirla” esa es la definición más clara que he leído de mi situación durante estos cuatro años y conste que no me quejo de la decisión que tome en su día de cuidar a mi madre, hasta que dejara de viví (corregir)….
Quería hacer un resumen del año 2013, pero fueron tantas cosas que me sucedieron, buenas y malas,  que un solo post no daría para contarlo, además de que mi mente ha guardado en el archivo de las vivencias, aquellas que bajo su criterio (el de mi mente) fueron importantes.
Finalizó el 2012 con un escáner a mi madre para descartar posibles nódulos tumorales en pulmón izquierdo, con la profecía Maya rondando por la mente de muchos e imágenes catastróficas en la mía, después de ver la película 2012. Ese año y con el cansancio acumulado y sintiendo que mi labor no era reconocida como merecía, ni por parte de mi familia y amigos, ni por parte de un profesional, tomé la decisión, previa consulta, de no celebrar la Noche buena en casa y evitar un trabajo extra… A veces me arrepiento de no haberlo hecho, otras me digo que no hay que arrepentirse de decisiones meditadas, sea cual sea el final…
Y llegó el 2013… En el escáner a mi madre, no encontraron nada anormal, que no fuera aquellas debilidades propias de su edad y sus múltiples patologías. Insuficiencia respiratoria, renal y una cardiopatía. Bien cuidada y bien hidratada, además de un carácter amigable y pizpireta. Mi hermano  y yo salimos de la consulta de Medicina Interna, contentos en cierta medida porque se había descartado lo peor… aunque la espada de Damocles se alzaba sobre nuestras cabezas.
En Mayo tuvimos que trasladarnos a Candelaria, porque en esa fecha empezabas las obras de rehabilitación de la casa suscrita con el Ayto. de San Cristóbal de La Laguna, para reparar humedades  y filtración de aguas de la azotea. Aunque el ritmo de vida no cambio mucho, fue positivo el cambio de aires, Mari estaba más tranquila, dormía más y yo me relaje bastante. Mama seguía yendo al centro de Día y el trayecto se le hacía muy pesado. Estando allá sufrió un principio de Neumonía, pero supongo que el aire del mar hizo que la recuperación fuera rápida. Mama pensaba que las obras durarían poco. Echaba de menos su cama, estaba algo desorientada y había días que me despertaba llamándome porque no sabía en donde estaba.
A finales de Agosto regresamos a Taco, mama estaba encantada, la casa estaba en buenas condiciones, su habitación sin humedades y pintada de blanco, era feliz, aunque se cansaba más a menudo.
De un día para otro, en el centro de Día le descubrieron unas llagas en la boca y decidí, después de que la cuidadora insistiera mucho, llevarla al centro de salud, con tan mala fortuna que no estaba su doctora de cabecera, sino una sustituta, que aunque hizo bien su trabajo, no conocía mucho todas las patologías que tenía mi madre. Con un tratamiento para la boca, volvió mama al Centro, pero pasaron unos días y las chicas me decían que no veían que las llagas desaparecieran como esperaban y además le notaban golpes de tos, vuelta a la doctora y como mama era enferma de riesgo me la derivaron a urgencias del Huc. Todo el proceso es muy largo de contar, así que intentare resumirlo… Una noche en urgencias paso mi madre, le habían detectado infección de orina y me la medicaron. Urgencias es todo lo que uno no puede desear para un paciente anciano… Gritos, golpes de objetos, luces que no se apagan. Mi madre es epiléptica por lo que una luz directa en la cara durante toda la noche no la puede soportar. Le dieron el alta y la tuve en casa un par de días, viendo que estaba mejor, la llevé al Centro de día… Ese día a mi me hacían una analítica y coincidí con unas amigas, así que aproveche que tenía la mañana libre y nos fuimos a una cafetería a tomarnos algo y luego a ver la casa de una de ellas… En el trayecto recibo una llamada de Nai, la jefa del Centro de Día, mi madre no dejaba de convulsionar de forma violenta. Le dije que llamara a la ambulancia que yo no estaba en casa y que de paso avisara a mi hermano.
Primero el error de la ambulancia… Después de repetirle un millón de veces que mi madre pertenecía al HUC, la derivan al Hospital de La Candelaria, mientras nosotros esperábamos como tontos (mi hermano y yo) la llegada de la ambulancia en el HUC. En el HUC como si no pertenecieran al Servicio Canario de Salud, se desentendieron del tema y no fueron capaces de llamar al Hospital de La Candelaria para comprobar si mi madre había sido llevada allí. Yo y mi hermano tuvimos que buscarnos el guiso. Cuando llegamos a La Candelaria, nos comentan en información que habían estado llamando por los familiares de mi madre y que no habíamos contestado. Nosotros mientras… esperando la llegada de la ambulancia en el HUC, luego dice el señor Paulino Rivero que los familiares nos desentendemos de los pacientes… tócate eso… Mientras mama estuvo en la Candelaria y yo la estaba acompañando, sufrió de nuevo una crisis convulsiva, la trasladaron a la UCI y de vuelta a malos entendidos (por mi parte, no lo niego) o malas explicaciones por parte del personal de La Candelaria, que piensan que todos somos facultativos. El traslado al Huc, se realizaría en cuanto hubiera ambulancias libres, ya que según le comentaron a la doctora que llevaba a mama estaban overbuquin por la cantidad de traslados y enfermos. Nos fuimos para casa, ya que llevábamos más de 8 horas en urgencias dejando dicho en punto de información que por favor nos avisaran en el momento del traslado para estar presentes.
Cuál fue nuestra sorpresa, cuando a las once de la noche recibimos una llamada desde el HUC diciendo que mama estaba allí y preguntándonos lo sucedido, conté por cuarta vez lo sucedido y a la hora de la visita estaba allí para saber cómo había transcurrido la noche y el diagnostico… Descompensación del Valproato (medicación de la epilepsia) y que sería dada de alta en el día…  A las doce llegó la ambulancia con mama, a la una llame una ambulancia porque volvió a sufrir una crisis convulsiva en casa…
Quiero resumir y parece que no puedo, porque es tan grande la cadena de errores que no terminaría nunca… A mi madre la ingresaron quince días para estabilizarle el valproato en sangre y le dieron el alta… Lo que yo no sabía que tenía un pequeño infiltrado en el pulmón izquierdo (liquido en el pulmón) e hice la vida normal de siempre, baño por la mañana y llevarla al Centro de día… Con el ingreso había perdido fuerza en los pies y casi no se mantenía en pie sin cansarse, incluso llegándose a caer al suelo…
Nueva consulta a su doctora y un vomito delante de ella con flemas purulentas le hacen tomar la decisión de derivarla de nuevo a urgencias del HUC, para que le realicen placas y analítica… Ya no volvió a pisar su casa… El 5 de Noviembre la lleve a la doctora de medicina ambulatoria, el nueve cumplió 83 años en la sala de Transito del HUC y el 13 de Diciembre falleció en el Hospital San Juan de Dios.
A veces me da por pensar que si no hubiera habido esa cadena de malentendidos y sucesos, mi madre aun estaría un año más con nosotros, otras… que su ciclo vital había llegado a su fin y que Dios, el Universo o el Destino, no quería que su agonía se alargara y que mi carga aumentara…
Lloré su muerte… llore su pérdida… Ahora solo me queda su recuerdo y verla de vez en cuando en mis sueños…

Siempre te querré y nunca te olvidare Carmita, mami querida…