jueves, 25 de febrero de 2010

A la memoria de "El Borreguero"


Después de leer una entrada en el blog de Taxidriver en el que recordaba a su padre, me vino a la mente la idea de hacer una entrada a la memoria del mío, pero que esta relatara alguna de las miles de anécdotas que siempre que recordamos, nos hacen reír hasta las lágrimas.



Antonio Jacobo de San Román Herrera Fernández… nombre tan largo pa un cascarrabias como era mi viejo… Papa nació en San Sebastián de la Gomera en el año 1927 (creo), siendo el mayor de cinco hermanos, tuvo que arrimar el hombro desde muy pequeño y por tanto lo de los estudios lo dejo colgado al principio de su infancia… Mi padre por tanto era analfabeto y más bruto que un arado. Podría pasarme horas hablando de papa y no habría hojas suficientes para rellenar con anécdotas, porque no sé si debido o gracias a su carencia de estudios, no había día que no le diera una patada al diccionario, para dejarlo baldado.
Mis mayores recuerdos de papa y los más frescos que guardo en la memoria, será por lo reciente, son aquellos sucedidos después de su jubilación. D Antonio, trabajo para Transmediterránea hasta los cincuenta y cinco años, edad de jubilación anticipada. No fue un padre perfecto y quizás tampoco el mejor marido del mundo, pero era mi padre y aunque con muchos defectos y aunque millones de veces renegué de él (el cabreo me duraba unos días), también se que sin él yo no hubiera nacido y que parte de él quedo en todos nosotros a través de la genética… Mala leche por un tubo, pero grandes corazones…
A la mente me viene aquella vez que abrió la puerta de mi habitación con los ojos abiertos como platos, blanco como la cera y con cara de susto diciéndome:
“Casiii no lo cuento…” susto que te pego, desprevenida… como siempre “¿Qué te pasó ahora papaaaaaaa?” “Que me dio acido la comida y me bebí un vaso de agua con bicarbonato y eso empezó a fermentar y no echaba los gases coño… La barriga se me inflaba y no podía erutar… Ya me iba a meterme una manguera por la boca, cuando salieron todos como una bomba…” ¡¡Dios que surrealista!!! Empezaba a reír hasta que lloraba, imaginándome a mi padre metiéndose la manguera de regar las plantas por el gaznate…



Otra de las suyas, era cuando quería ser fisno e intentaba decir palabras cual más difíciles y las cambiaba de sentido e incluso de dicción… Un ejemplo…



Situación:



Mama en la cocina, haciendo el almuerzo… Papa sentado y yo apoyada en la pared de enfrente… Conversación surrealista… Papa habla no se que de un… “chupase”…. Yo con la boca abierta tipo Lina Morgan me quede mirando a fijamente a papa mientras le decía: … “¿chupace…?... Será chupasangre” sin separarme de la pared y con cara de boba… Mama removiendo la comida y de espaldas suelta de repente: “¡¡¡Mooooono Antooonioooo, mooono!!!” “pues eso coooñooo” y empieza el descojone. Lloré de la risa como nadie podrá imaginarse…. (chupacé=chimpancé)
Tuneaba las palabras a su antojo, haciéndolas más difíciles de lo que eran. A la Biblia la llamaba “Giblia”, a las lesbianas “Bibianas” y no creo que pensara en la Fernández… a las cotufas (palomitas) “catufas” y al internet, “el enterne ese”… A mi hermana le deseaba que callera un agua en “ese natico” (partidos de baloncesto del Club Náutico, pabellón cerrado) y todos nuestros novios eran “cantamañanas”. Me jodia la paciencia con el coche, porque quería que lo aparcara frente a casa y me mareaba hasta que lo movía de lugar… Las discotecas eran un “puterío”, que a él “le intentaron levantar una botella de champagne de 1000 pesetas en una en la península (en que barra americana se metería)…”… En la noche “todos los gatos eran pardos” y “el ojo del amo engorda al caballo”… Mi hermana mayor se lo encontró en los asientos de atrás de un cine cuando tuvo su primera cita con un chico y a mi hermana pequeña la iba a vigilar a la plaza, porque estaba con “macharengos”. “¿papa y a mí por que no me vigilas?...¡¡¡ahh ya lo seeee, porque como soy gorda piensas que no ligooo!! Yo parecía “lolita pluma” cuando me arreglaba para salir y mi hermano tuvo sexo, porque encontró un condón usado en el baño… Cotilla al máximo y dicharachero, podía tardar más de una hora en comprar el pan, porque por el camino se había tropezado con “un chico” de La Gomera (el chico tenía 60 años).
Me di el lote con mi primer novio en la plaza del barrio, justo enfrente de donde sabía que él me iba a ver y fue a posta. Según él, yo tenía que ser “Bibiana” porque no me veía con chicos y siempre estaba con mis amigas encerrada en mi habitación… Si estaba en mi habitación leyendo o viendo la tele, no paraba de darle la vara a mama con que “Esa chica no sale de casa” y si salía de casa, lo contrario… Cuando me puse internet, lo primero que se le paso por la cabeza es que lo había hecho para hacer “cochinadas”… “Si paa… me estoy matando a pajas ¡¡no te digooo!!” y no podíamos entrar juntas al baño, mama, Ra y yo, porque “¡¡ no caben tooodasss!!!””
Tengo millones de anécdotas y estoy buscando la mejor forma de plasmarlas, aunque no sé si lo conseguiré…
En verano nos pasábamos tres meses en Las Caletillas, en el apartamento que con esfuerzos compró mama y papa… Dormíamos (como diría mi sobrina) tipo comuna hippie, en sofás camas, hamacas, y colchonetas en el suelo. En las noches de calor casi no se podía dormir, pero al final caíamos rendidos… Lo risorio era al día siguiente cuando mama nos contaba que papa la había despertado de madrugada al arrancarle de las manos la sabana con la que se tapaba mientras dormía. Cuando le preguntamos el porqué de su acción nos dijo lo siguiente: “¡¡Coño, Todos dormidos con el calor que hacía y yo sin pegar ojo, me dieron ganas de enchufar la manguera y regarlos a todos…” solo imaginarlo nos hizo reir sin parar...
Papa cayó por un barranco cuando en la parada de la guagua atrapó por el aire a una cría que en un descuido de su mama estuvo a punto de precipitarse por él. En vez de la cría, cayó papa y llegó matado a casa…. Estuvo a punto de ahogarse en la Playa de Puerto del Carmen en Lanzarote, llegándole el agua por los tobillos… Después de jubilarse a mi padre le salió un abdominal prominente, por lo que se quedo atascado en el agua y no había manera de levantarse… “Toooñoooo (mama gritando) veeete a ayudar a ese hombreee que se está ahogando” Tropezó en un saliente de la acera y termino con la barbilla y la nariz herida y cubierta de sangre “¡¡¡Antonioooo mira pa el suelo cuando caminas!!!” “coñooo que es que estaba saludando a Fulanito”...



De mi decía que tenía muy mala leche, pero un gran corazón. Que me enfadaba, pero que luego sabia que lloraba porque me arrepentía… y además… “No digas coñoooo…. ¡coooñoo!”
Estando malito la última semana de vida y mientras se encontraba en urgencias, yo que iba a visitarlo después de salir del trabajo, le pille con la mirada perdida. Ni corta ni perezosa le empecé a picar… “¿Pa… pa donde miras?” a la vez que me metía delante suyo, moviéndome de aquí pa allá intentando con poco éxito borrar esa mirada tan triste… “por favor… termino la visita… los familiares que vayan saliendo””oiga… A esa que está ahí, no me la deje entrar mañana” “Joder papa… no estarás hablando en seriooo” y papa sonrió… la siguiente vez que le vi lo había trasladado y apenas comía… yo lo instaba a comer aunque fuera la gelatina y seguía con mis bromas… Dos días después papa descansaba por fin de su sufrimiento, acompañado por mi hermano mayor, mi sobrino y mi hermana pequeña que el día anterior había acordado conmigo de suplirme para que yo pudiera descansar…



Papa… Don Antonio, vivirá en mí, mientras sus recuerdos perduren en mi memoria. Cada vez que estoy un poco triste, pienso en una de sus millones de anécdotas y sonrió. Un ejemplo de ello fue hace tres semanas un sábado, nos dieron las once y pico de la noche a mi hermana pequeña y a mí, recordando cada una de sus cosas…



¡¡¡Eras un crack mi viejoooo!!!