Últimamente y por los motivos que he comentado en casi todos mis relatos (cuidar de mi madre y mi hermana mayor enfermas las dos), mi chip cerebral en cuanto a diversión, esparcimiento y relax, a dado un giro de 360 grados. Lo que hace años consideraba que era normal y habitual hacer y que se convertía en sacrilegio y casi pecado el no practicarlo, ha pasado a convertirse en casi una pesadilla y en algunas ocasiones incluso fóbico, más aún cuando en alguna conversación entre amigos o compañeros lo convierto en debate. Son pocos los que se solidarizan conmigo o comprenden mis puntos de vistas, muchos más lo que se quedan mirándome cual bicho raro, como si de repente me hubiera salido un tercer ojo en la frente.Viajar por ejemplo. A la mayoría de la gente le gusta viajar y hay un gran porcentaje de personas que conozco, que no es que le gusta...les ¡encaaaantaaaaa! viajar. A mis hermanos, a mis sobrinos, a mis amigas cercanas y lejanas.
Pues yo…odio viajar. Y cuando digo odio no estoy exagerando. El solo pensar en programar un viaje me produce estrés. Empiezo imaginándome los nervios al preparar el equipaje, que algo importante se me olvide.... me da escalofríos. Creo que soy ese uno por ciento que rompe las estadísticas de la gente que disfruta visitando otros países, provincias o pueblos. ¡Pero si hasta para ir al supermercado, me preparo mentalmente haciéndome un callejero de el camino que tengo que recorrer!

Me veo a mi misma en un gran aeropuerto tipo Barajas, por decir uno de los grandes, con montones de terminales de entrada o salida, donde se mueven millones de personas por minuto corriendo con los carros repletos de equipaje. Imágenes de paneles electrónicos donde los vuelos que llegan o salen saltan en microsegundos, me hacen sudar más que si asistiera a una sauna o practicara aeróbic como en los viejos tiempos.
Pues yo…odio viajar. Y cuando digo odio no estoy exagerando. El solo pensar en programar un viaje me produce estrés. Empiezo imaginándome los nervios al preparar el equipaje, que algo importante se me olvide.... me da escalofríos. Creo que soy ese uno por ciento que rompe las estadísticas de la gente que disfruta visitando otros países, provincias o pueblos. ¡Pero si hasta para ir al supermercado, me preparo mentalmente haciéndome un callejero de el camino que tengo que recorrer!

Me veo a mi misma en un gran aeropuerto tipo Barajas, por decir uno de los grandes, con montones de terminales de entrada o salida, donde se mueven millones de personas por minuto corriendo con los carros repletos de equipaje. Imágenes de paneles electrónicos donde los vuelos que llegan o salen saltan en microsegundos, me hacen sudar más que si asistiera a una sauna o practicara aeróbic como en los viejos tiempos.
Segunda fobia. Nadie (ni siquiera yo) se explica, como una marchosa empedernida que esperaba con un ansia enfermiza, la llegada del sábado o cualquier puente que apareciera en medio del mes, para salir de marcha y de paso ligotear como una loca, se haya convertido en un combinado, mezcla de ermitaña y monja de clausura. ¡Pero es que es así!, prefiero quedarme en casa viendo como gira LA NORIA, ha estar aguantando a cuatr
o imbéciles, lanzándome miradas lascivas o banbandose mientras me miran el canalillo.
Ni siquiera tomarme una caña de cerveza en la terraza de un bar.¡Pua!... menuda me monto mi prima la semana pasada, cuando me invito a unas supercañas para hablar y me negué en redondo. Ni siquiera me comí la cabeza para dar alguna excusa diplomática. Directamente y sin anestesia le conteste cuando me pregunto los motivos, que no iba porque no me daba la gana. A veces me gustaría encontrar algún motivo racional y valido para este cambio tan radical, pero no lo encuentro. Lo único que sé, es que cada vez que me proponen salir de fiesta, es tal la angustia, que de repente siento un gran nudo marinero tomando forma en la boca del estomago.

Ni siquiera tomarme una caña de cerveza en la terraza de un bar.¡Pua!... menuda me monto mi prima la semana pasada, cuando me invito a unas supercañas para hablar y me negué en redondo. Ni siquiera me comí la cabeza para dar alguna excusa diplomática. Directamente y sin anestesia le conteste cuando me pregunto los motivos, que no iba porque no me daba la gana. A veces me gustaría encontrar algún motivo racional y valido para este cambio tan radical, pero no lo encuentro. Lo único que sé, es que cada vez que me proponen salir de fiesta, es tal la angustia, que de repente siento un gran nudo marinero tomando forma en la boca del estomago.
La tercera fobia y la mas rara e inexplicable aún si cabe, ya que vivo en una isla rodeada de mar por todos lados menos por el centro, ha hecho su apareción recientemente. No me gusta ir la playa y parece que cuando lo digo suena a cuento chino, pero no es así. Ahora en este instante la palabra playa para mi es un repelente. No comparto la idea de mucha gente de tenderme al sol como un lagarto y tener un tono de piel que cuando dejas de ir un par de dias, parece mas roña. Geneticamante no estoy preparada, para tomar sol, me salen sarpullidos e incluso me da fiebre e insolación por mucho protector solar de 60 que me ponga. Ademas, me parece una perdida de tiempo y cabe la posibilidad entre un millón de que

Pocos serán los aprendices a adivinos que se imaginen en que he invertido todos el tiempo libre que he tenido desde el 4 de Julio hasta hoy que retorner al curro. Puedo afirmar que he recargado pilas y que no he necesitado viajar a Punta Cana, Cancún o Lanzarote, ahorrandome de paso una pasta, que con el rollito de la tan nombrada crisis una se ha vuelto medio paranoica. Y aunque mi piel sigue siendo traslucida como en Diciembre tengo un aspecto más saludable.
Mis vacaciones aunque sencillas las he convertido en una aventura, he seguido levantándome temprano para poder llevar a mi señora madre a Mucha Vida (su centro de día), para nada mas darle volquete, olvidarme del reloj y demas. Comía cuando tenía hambre, lei un par de libros atrasados y me puse al día en cuantro a programación de Tv...(una caca exceptuando "Se lo que hiciste" y un par de series en LA SEXTA). Lo negativo es que casi fundí la CLAVECARD, comprando de forma un pelin compulsiva menaje para la casa. Unos cojincitos para darle algo de vida a las habitaciones... Unos cubrecamas de colores chillones que calientan el corazón y queman la vista. Renovar el fondo y el no fondo de armario, ya no tenía falta de cambiar el guardarroba interno y externo, era pura necesidad. Y por ultimo me di el capricho de invertir algo de la paga tra de verano, en una nueva adquisición una SUPERCARD de 2 G de memoria, donde caben 20 juegos pirateados para mi DS.
Aquí es donde empieza lo interesante y lo que va a explicar el titulo de este blog.

Puedo decir que hasta aqui todo bien.... pero...siempre hay un pero en mi vida... como a mi todo me aburre cuando se vuelve monótono, descubrí entre mis 20 juegos el SIMS URBZ, parecido al anterior, lo unico que cambia es el escenario donde transcurre la aventura. En este el juego es en una ciudad y el personaje SIM deberá hacer una serie de misiones, para pasar a cada uno de los cinco objetivos. Tendrá que trabajar para poder comer, pagar una lugar donde vivir y estudiar para superarse y poder accender en los diferentes empleos que te van saliendo, todo ello

Cada vez que estaba a punto de conseguir algún objetivo clave para poder superar alguna prueba, la dichosa Bett se encogía y de su cabeza salía un bocado con un inodoro, pues a correr se ha dicho a buscar un WC. ¿Un juego de cubiertos?…a buscar comida…. Pues no se enfadaba la niña cuando quería conversar y dejaba de estudiar si no le daba unos minutos de palique con la gente del barrio.... Si se hacia pis en zona común, se iba derechita a la cárcel y para salir tenia que pagar una fianza que hacia mermar los ahorros que tanto me había costado conseguir, cambiando latas o placas de matricula. Si no la alimentaba se desmayaba y aparecía en la cama del hospital con todos los marcadores en mínimos. Lo último que descubrí…es que si mi SIM no descansaba cuando lo pedía, de repente le daba un yuyu y se quedaba durmiendo en medio de una calle…en pleno asfalto. Y aunque me dejara las huelas dactilares en la maquina de tanto aporrear la B o la A, la condenada no se despertaba.Mas de una vez me escuche a mi misma hablar con ese dibujo en mi DS…insultándola, llamándola vaga...Le decía que se tenía que fastidiar porque tenía que ganar dinero para pagarse las clases en la Universidad…En fin... resumiendo...he descubierto un juego de consola mucho más adictivo que el tabaco, más estimulante que la TV y más divertido que aguantar a cuatro petardos en una discoteca. Encima, mi hermana y mi sobrina tienen el mismo juego que yo, por lo que nos llamamos constantemente para intercambiar información, darnos consejos sobre como hacer tal y cual cosa. Nuestras conversaciones a ojos de los demas parecen producto de una vida paralela en un micromundo creado por y para nosotras.
Como ultimo apunte, señalar que he conseguido el SIM Naufrago. Asi que como la peli de Tom Hank he tenido que soplar hasta quedarme sin aire para hacer fuego. Sacudo los cocoteros con tanto ímpetu que pueden salir disparados de la pantalla y en cuanto a pescar con lanza....mejor de Robins
on Crusoe. ¿Problema? me he atascado en mi relación social con un chef…al que tengo que poner de mi parte para conseguir nuevas aventuras y que se ha enfadado conmigo sin saber como ni porque y al que no se que coño ofrecerle para que deje de estar enfadado con mi SIM…

En fin…lo dicho…si quieres dejar alguna adicción pon un SIM en tu vida... dejaras una que puede llegar a matarte por una mas estimulante.