miércoles, 30 de diciembre de 2009

Una de Urgencia...

Hoy martes las cosas no han salido según tenía previsto (como casi siempre, por eso me gusta improvisar). Las penúltimas compras de Reyes en compañía de mi prima Juani, organizadas con tanto “esmero”, se fueron al garete. Una llamada de mi tío Mingo (Domingo) desde un número desconocido a las siete y media de la mañana, me hizo cambiar el rumbo…
Me llamaba desde una cabina telefónica desde Urgencias del HUC. Había llevado a tía tras una noche algo movidita. Según me contó tía que había estado dormida hasta las diez de la noche, se despertó con ganas de “guerra”.
Tras unos minutos de duda, envié un SMS a mi prima anulándolo todo, lleve a mama al centro y portándome como una “buena” sobrina (mi buena acción navideña, que todo no son los regalos) aparque el coche en la calle donde vivo, ahorrándome los “ebros” del parking y tome el tranvía que me deja a una “pedrada” del hospital.
Encontré a tío Mingo viendo la televisión, creo que se sorprendió al verme y que se alegró (o eso me pareció intuir). Tío es hermano de mama y tiene ochenta y tres años y su esposa (mi tía) que es hermana de papa, tiene ochenta, no tuvieron hijos y quizás por eso me siento más unida a ellos que a otros tíos míos, aunque somos una familia bastante avenida…
Tía Isa, lleva un tiempo con la cabeza más pa´lla que pa´ca. No sé porque lleva tiempo sin salir de casa y se la pasa todo el día durmiendo, lo que hace que no descanse de noche y confunda esta con el día. Yo le he dado la vara a mi tío con lo de consultar el tema con los médicos y no dejarlo que crezca, ya que puede derivar en algo más grave. No sé si por miedo a que la cosa fuese más grave ha intentado posponer el asunto, hasta que el deterioro cognitivo se ha agravado. Mi madre es un ejemplo de no haber detectado la enfermedad a tiempo y aunque su deterioro se ha frenado, esta sigue su curso.
Ahora me encuentro en la sala de urgencias, me dio por traer una micro libretilla para pillar material para mis entradas, ya que en estos sitios puede pasar de todo. Todos se miran, pero ninguno habla, no sé si por pudor o porque están metidos tanto en su problemas que quizás piensen que estando en silencio, el familiar que está dentro saldrá antes.
Yo era igual a ellos, hasta que me vi más veces en Urgencias acompañando a papa, mama o mari y las horas que pasaba me parecían tan largas, que he cambiado el chip y en cualquier descuido intento entablar conversación con la gente y siempre da buenos resultados…
El trasero está tomando forma de tablón, con gesto cuasi de mártir se lo comento a tío “Tengo el culo molió”… Tío hace una mueca y me contesta “Estos sillones son duros como el diablo” clásica respuesta de tío ante cualquier cosa que no le guste… El dolor es peor que tener “las que sufrimos en silencio” o lo que es lo mismo, hemorroides (almorranas en canario).
Yo ya había preguntado por mi tía y después de que me dijeran en información que iba pa rato, ya que le habían hecho placa y estaban pendientes los resultados de analítica, le dije a mi tío que nos fuéramos a la cafetería porque tenía una fatigona horrible. Subimos las escaleras sin descansillo que van desde Urgencias a la entrada principal del HUC que es donde está la cafetería, fuimos a la barra y yo pedí un sándwich mixto con tomate y un jugo (zumo) de mango. Mi tío se pidió media ración de arroz amarillo y un cortado…¡¡¡eran las diez y media de la mañana!!! ¿Quién puede comer arroz a esa hora excepto los chinos?...¡¡Mi tío!!
Volvimos a la sala de espera y entre conversación, leída de AÑO CERO (yo) y el periódico EL DIA (tío) y Ruleta de la Fortuna en Antena Tres llegó la hora de la visita, que se supone que empieza a las 12 y media y eran la una menos veinte y no habían llamado. Llamaron y como solo podía pasar un familiar por paciente entro tío. Yo volví a la sala, pero el sitio estratégico no los había arrebatado…. Ya saben… “El que se fue pa Sevilla….” , en urgencia lo toman al pie de la letra. Como todos los sillones eran igual de incómodos, qué más daba uno que otro, así que me senté frente al televisor y seguí viendo la Ruleta.
A mi derecha y con un sillón de por medio había una señora que intentaba matar las horas haciendo lo mismo que yo y fue así como entable conversación… adivinando las palabras del programa mucho antes que lo hicieran los concursantes. Empezamos hablando del concurso, luego pasamos a hablar de Gran hermano y terminamos hablando de nuestras vidas, la cual más miserable a oídos de aquellos que no les van las “desgracias” humanas. Dos hijos, uno trasplantado y otro en urgencias por un accidente casero. Contándonos nuestras historias se paso una hora por lo menos y fue así que me comentó que tenía algo de hambre, pero que no quería irse de la sala por si la llamasen. Yo le aconsejé que fuera a información y preguntara y si por casualidad iba para largo le comentase a la recepcionista que iba a tomar algo a la cafetería… Así quedas bien ante los que luego te llaman para comentarte que a tu pariente le han hecho una analítica de pis y poco más, y no como una “desagradecida” que ha dejado votado en urgencias al pariente enfermo y se ha ido a jugar al Bingo…
Nos levantamos y fuimos al punto de información. Yo para ver qué pasaba con mis tíos (llevaban más de una hora dentro) y ella para hacer lo que yo le había aconsejado… Nada más pisar la puerta de entrada, me veo la carita de mi tía (que cada vez se parece más a papa) a la que llevaban en una sillita de ruedas. Le habían puesto unas ayudas y la habían mandado para su casa. La señora (a la que ni siquiera pregunte el nombre) se enteró que a su hijo le habían llevado a consulta y más tranquila se fue a la cafetería después de despedirse de mí y desearme suerte.
Aprovechando que estaba en el hospital, me subí a la segunda impar a ver a Mari. Con mi cara más angelical y de “por favor” pulse el timbre de la puerta, abrió la puerta una joven enfermera… “Buenas… Soy la hermana de Mari Carmen tal y tal, es que aprovechando que estaba en urgencias, quería saber si podía visitar a mi hermana y blablabla…” … “un segundo por favor que voy a preguntar” ….¡¡clas…clas..!! La llave… ¡¡¡clas…clas…!! Se abre la puerta… “Puedes pasar”…. “¿Cómo esta ella?” “Más o menos igual” “Hoy la bajaron para hacerle unas pruebas”… “¡¡Carmen…Carmen…!!! Mira quién te vino a ver”… “¡¡¡Begooo ¡!! La hermana a la que más quiero”… Si porque te vine a ver jodia (pensé) porque la última vez me echaste con cajas destempladas… “¿me traistes bragas y calcetines?” “¿más bragas? ¿Dónde están todas las que te traje?” “las tire” “las tirastes?” dijimos la enfermera y yo a coro “Es que estaban sucias y las tire”…Estuve unos quince minutos con ella (lo más que aguanta mi hermana sin acostarse) hablamos de su nieto, de mis hermanos, de mi tía que había estado en urgencias… Yo estaba cansada así que después de darle un beso me fui al mostrador de la planta para hacer varias preguntas… Estaba en ello, cuando note que alguien pasaba a mis espaldas… Mi hermana Mari que se iba a la salita a ver la tele… “¿A dónde vas ahora María?”… Después de aclarar las dudas y decirle a la doctora si podía ir a visitarla un poco antes de la hora asignada y me lo concedieron siempre y cuando fuera después de la hora del almuerzo. Cuando me disponía a salir por la puerta, escuche a Mari llamándome “Bego…Bego… no te olvides de traerme bragas y calcetines!!!” estaba repochada en un sillón y con las piernas sobre una silla, como si fuera la Reina de Saba…. “¡¡vaale!!”… “¡¡Beegooo… tráeme los camisones de blonda que me regalo mama”…” ¿Qué camisones de blonda?”… “Los que me regalo mamaaa”… ni puta idea de a que camisones se refería… “¿camisones de blonda?...¡¡Eso es un puterio!! Aquí se me pone pijamas y camisones de algodón” ”jajajajajjajajajajaja” y con ese sonido tan agradable aun en mis oídos, salí del hospital….
A veces las cosas suceden por algo…