miércoles, 27 de enero de 2010

¿A que es bonito tener bellos sueños?



Siempre me ha gustado poner en papel lo que siento y pienso. Ya con 14 años hice mis intentos de escribir un par de novelas de tintes románticos (por aquel entonces era deboradora de novelitas tipo Corín Tellado, Barbara Carland y otros) cual mas ñoñas aunque con final trágico(no concebía finales felices, ya que para mí no existían). Poesías manidas y edulcoradas... Diarios personales donde nombraba a mis cientos de amores platónicos. Pienso que casi todos los de mi generación hicimos lo mismo… Escribir…


El paso del tiempo, el poco tiempo libre y luego las noches “locas”, hicieron que la inquietud por escribir pasaran a tener poca prioridad y quedara relegada en el baúl de "cosas pendientes" en el fondo de mi cerebro.


Los cambios pueden ser buenos o no según como lo miremos. Y mi vida cambio, quizás para bien (o mi bien) cuando mi madre empieza a depender de mi y la sensación de vacío y hastío que arrastraba desde años atrás desapareció. Por vez primera sentía que mi existencia tenía un fin y que aunque no se cumpliera en mi la estadística, casada o separada y con uno o dos hijos a los cuarenta, mi vida cobraba sentido.


Esta explicación viene a cuento para explicar que lo que hago por mi familia no es un sacrificio. Que NO considero que estoy “atrapada” por el deber y por tanto no espero palmaditas en la espalda, ni que todo el día estén alabando mi “obra” de caridad, simplemente porque no la considero tal. Además si dijera que esto me ha salvado la vida… nadie me creería. Nadie creería que había llegado a tal aburrimiento en mi vida, tal insatisfacción que llegue incluso a cuestionarme si valía la pena seguir un camino sin destino y creo que Dios (o el Universo) escucho mi llamada de socorro. ¡Claro que me gustaría que mama estuviera bien! Pero…ella aunque no lo entienda, ni se dé cuenta de muchas cosas, ha hecho un milagro… El de que me sienta UTIL por vez primera en toda mi vida.


Empecé a escribir el blog, más como terapia ante el cambio tan drástico (cuesta acostumbrarse al principio) que por otra cosa. Les pasaba a los compañeros de trabajo mis borradores y como una cría ante su profesor, esperaba su aprobación. Mi espiritu se inflaba como las cotufas (palomitas de maiz) cuando escuchaba sus risas ante la gama de anécdotas con una pizca ( o bastante segun se mire) de exageración por mi parte y de esta forma el gusanillo de la escritura volvió a resurjir de sus "cenizas"


Alguien a quien conozco de moverme por blogs (Taxidriver) en uno de sus comentarios o entradas dijo que le gustaría saber escribir (o algo parecido) creo que nadie la entendio. Yo sí, porque igual que ella, tengo ese deseo… Saber escribir como un profesional. Navegar entre palabras sin sentir que estoy a la deriva, moviéndome de forma patosa, infantil, irrelevante o incluso repetitiva… Dar forma de texto a esas ideas que bullen y fluyen de noche en la oscuridad y el silencio. Ideas… cuentos…artículos… ¡son perfectos en mi cabeza! No así cuando intento plasmarlo en cualquier soporte… virtual o no…
Sé que escribir un blog no es un gran paso para lo que deseo, pero si un empujoncito para cobrar soltura en algo que me gusta…. Escribir… Mi Gran y más preciado deseo…