jueves, 21 de mayo de 2015





Lo que un día fue, dejo de ser.

La guerrera y el caballero se convirtieron en extraños, que se cruzan en la niebla y no se llegan a ver… A meros fantasmas en sus historias.

Cada uno siguió con su vida… Sus luchas… sus batallas… sus triunfos y sus derrotas…


El paso del tiempo se encargaría de borrar las huellas de aquella breve historia de amor o deseo, entre la dama y el caballero.

El tiempo, sería el encargado de poner en el camino de la guerrera, al guerrero perfecto con el compartir, sus batallas, la de ambos por igual, ademas de la pasión por vivir cada instante y saborearlo como si fuera el último.

                              
                                                           FIN 

martes, 19 de mayo de 2015

La Guerrera y el Caballero II


Y lo volvió a ver, pero todo había cambiado entre ellos. 

Apenas hablaban, como si no tuvieran nada ya que decirse. En su boca luchaban por salir palabras, contarle su última aventura, pero le suponía un esfuerzo enorme  hablar a quien no tenía ningún interés en escuchar. Lo que sentía estaba ahí, solo que chocaba con la enorme pared que se había levantado entre los dos.

Era tan doloroso para ella. Aún así, sacaba fuerzas de lo más hondo de su alma, para embozar la más hermosa de las sonrisas y así él no se diera cuenta del daño que le causaba su indiferencia…

Con un “ya nos veremos” se despidieron y cada uno tomaba el camino  elegido, caminos opuestos que los distanciaban cada vez mas. Ella a seguir con su lucha diaria en el mundo en el que le toco vivir… El… De él ya no sabía siquiera,  cuáles eran sus batallas diarias…


La guerrera, definitivamente, esperaba que el tiempo pusiera cada cosa en su lugar y rogaba para que la siguiente vez fuera la definitiva.  Que la viese tal como era y la aceptara por encima de sus principios o que esos sentimientos que dolían como heridas frescas, cicatrizasen y se convirtieran en vagos recuerdos… 

domingo, 17 de mayo de 2015

La guerrera y el caballero I


Apareció cuando ella se encontraba en un tiempo de reflexión sobre lo que hacer con su vida… El era un caballero andante, cuyo principal y único fin era el salvar a damas en apuros, todo lo contrario de lo que ella era. Una indomable guerrera que pasaba por un descanso merecido, de lo que para ella la rutina de las batallas. Probablemente fue eso lo que lo confundió, viendo en ella lo que no era.
La atracción que sintió por el, igual que la polilla a la llama, hizo que escondiera su carácter atrevido, sagaz y valiente. El paso del tiempo, hacia que su espíritu luchara contra algo para lo que no había nacido, intentar ser la frágil princesa, delicada flor que él pensaba que era.

Guerrera si, pero también soñadora. Creía que el atisbaría dentro de su corazón y mas allá de la delicadeza, vería la pasión con la que defendía aquello en lo que creía. Día a día, se iba notando la separación entre ambos, hasta convertirse en un gran abismo, que ninguno de los dos intentaba franquear. El uno porque creía en lo que hacía, pues así se lo habían enseñado desde su más tierna infancia,  la otra porque creía que sin renunciar a su vida de lucha e independencia, podía ser la pareja perfecta del caballero andante.

El caballero desaparecía por días, dejando a la guerrera sumida en la más absoluta tristeza. Algo en lo más hondo de su alma, le decía que él había encontrado a la dama que rescatar del dragón. Por supuesto, no era ella. 
La guerrera no necesitaba ser rescatada, sino amada tal como era. Luchar codo con codo con el caballero y derrotar juntos a dragones, bestias y fantasmas.

La melancolía la arrastraba a un abismo al que no estaba acostumbrada, cuando un apareció el caballero… Ella lo miro a los ojos y entonces supo la verdad… se irguió des
afiante y le dijo:

“Esto es lo que soy…. Una guerrera y no una princesa. Daría mi sangre e incluso mi vida si estuvieras en peligro y lucharía a tu lado en las mismas batallas... Pero ya ha hecho tu elección…”

La guerrera se coloco la espada en la cintura, agarro el yelmo y se giro sin mirar atrás…


Como me dijo alguien un día… El día que encuentre a alguien que me quiera tal como soy, no por lo que tengo… Entonces será cuando habré encontrado el amor que estaba esperando