jueves, 30 de octubre de 2008

Un poquito de todo...con una pizca de nada

¿Qué puedo contar hoy?

Son las doce y media de la mañana. He terminado el trabajo de la mañana y las manecillas del reloj avanzan muy lentamente...

Estoy algo triste y melancólica, supongo que será por el tiempo lluvioso que nos acompaña desde hace dos días. Además no tengo nada medianamente interesante que contar, excepto aquellas cosas que son cotidianas y no me gusta repetir.

La única novedad en mi vida es, que si Dios quiere voy a ser tía abuela por parte doble. Mis dos sobrinos mayores que nacieron con seis meses de diferencia, serán padres el año próximo, supongo que dentro de todo lo malo que nos esta ocurriendo a la familia, estas noticias son un toque mágico de alegría en nuestras vidas.

Estoy enganchada a Gran Hermano 10, ya se que ver este tipo de programas no es políticamente correcto, pero no soy persona que se deje influenciar por el que dirán, o lo que es lo mismo, me importa un pimiento lo que piense el resto del mundo sobre mis gustos literarios, televisivos, etc., así que por las tardes y cuando llego antes de las tres de la tarde, entro en la página Web y me doy un paseo por los variados blog que hay sobre el programa y leo sus comentarios, aportando también mi granito de arena. No me gusta presumir mucho de ello, pero puedo decir que he dado en el clavo en la personalidad de la mayoría de los concursantes a riesgo de parecer engreída. Fijándome en los ojos o en su mirada, se de que puede ir una persona y si me inspira o no confianza. Acertó aquel que dijo que “los ojos son el espejo del alma” y aunque hay mucho escéptico sobre este tema, yo creo que hay algo en los ojos que delatan al que miente o al que reprime su verdadero carácter.

Sigo teniendo frío…hasta la punta de la nariz la tengo helada, en cualquier momento voy a sentir como se resquebraja y cae al suelo (un poquito exagerada).
Paseo la mirada por la oficina y veo a toda la peña que esta concentrada en sus cosas, cada uno de ellos a su bola. Ela de vez en cuando navegando por Internet, seguro que está buscando nuevas recetas para luego tunearlas. Pepe con su suéter de cuello alto y mangas a la altura de los codos, haciendo tres cuartos de lo mismo. Metiendo datos de la empresa como un loco o conversando con algún colega por el Outlook. Luego esta el señor comercial, el ocupa que nos han impuesto, hablando por teléfono en un tono demasiado elevado para mi gusto. No se si quiere que toda la oficina nos enteremos de cuan eficiente es en su trabajo o realmente necesita una revisión urgente de tímpanos, porque sino no tiene ninguna explicación que su voz sea tan estridente. Incluso cuando escribe en el ordenador lo hace de forma peculiar, no lo hace con suavidad, aporrea cada una de las teclas como si se le fuera la vida en ellos, quizás denote una frustración y en su niñez quería ser pianista de mayor.

Y el jefe... Ese señor que firma la nomina todos los meses y esta todo el rato desgastando el nombre que a mis papis tanto trabajo les costo discurrir, se encuentra hoy, cosa rara en él, enclaustrado en su despacho con su nuevo juguetito, una Black Berry, dale que te pego cambiando tonos y husmeando en las entrañas de la maquina, llamando de vez en cuando a Ela para que le explique no se que cosa.

Miro por la ventana y se ven las nubes ahogando las montañas de Anaga, lo que me provoca un frío mayor. Hoy no estoy muy “católica” que digamos, sigo con mi resfriado a cuestas y ha este se ha unido los cólicos normales del mes que hacen que me cuestione el estar en la cama enrollada con una manta abrigadita, en vez de en el congelador que es hoy la oficina.

A ver si levanto cabeza y mañana siendo viernes estoy mas inspirada….