miércoles, 2 de diciembre de 2009

Unas navidades descafeinadas

La falta de inspiración hace estragos en mi blog. Tal es la carencia, que tuve que rebuscar en el baul de mi pagina de Myspace y rescatar un relato o escrito del año 2007 en el que hablo de la navidad… Las navidades del 2007 fueron diferentes y aunque papa no estaba y mama prefirió pasarlas en la cama, estaban mi Xiquita y mi hermana Mari, que casi me empujaba a participar de esas fiestas aunque no tuviese ni putas ganas de jolgorio.




Las del 2007 fueron las ultimas navidades alegres y divertidas que mi hermana Mari y yo disfrutamos juntas.



Y ya estamos en diciembre


Estado de ánimo actual:Añorante


Categoría: Vida



Bueno...bueno...bueno...
Ya estamos en diciembre, ya empieza el tobogán de las fiestas, la vorágine de compras compulsivas y queda menos para mí cumple (el próximo 19).
Cada año parece que empieza antes y termina igual de rápido que empezaron. Si los deseos se hicieran realidad y de pedir uno, me gustaría que el tiempo se ralentizara un poco, como cuando era pequeña y me parecía que el día era eterno y que las navidades tardaban un siglo en llegar. ¿Dónde estará aquella chispa, aquella emoción? La añoro cada año. Las mariposas volando en la boca del estomago la víspera de Reyes Magos, que hacía que conciliar el sueño fuera imposible y el posterior castañeteo de dientes provocado por los nervios a la mañana siguiente, ante la expectativa de ver si este año ¡¡Por fin caía la Nancy!!
¡Oh las navidades de antaño!...Recuerdo el arbolito reparado una y otra vez, por mama Carmita y adornado con cosas tan sencillas e inverosímiles como cajitas de cerillas envueltas en papel de regalo, bolas echas de papel de celofán intercaladas con algunas de cristal que mama intentaba mimar al máximo para que duraran un año más. El hueco dejada por aquellas que una revoltosa niña llamada Begoña, fueron sustituidas por pequeñas botellitas de colores atadas con cordeles doradas. ¡Ay! ¿Y el olor de la comida? Los adobos de conejos y carnes que impregnaban la calle donde vivo, señalando que era navidad. Siempre he creído que más de una vecina rivalizaba con la otra con olores ricos…ricos…ricos e incluso me las imagino detrás de las puertas de sus casas, aventando el taso (olor) a carnes y demás.
Hasta la gente parecía caminar de otra manera, con una sonrisa en la cara y con un brillo en la mirada que hoy “jartos” de langostinos, turrones, pavo y demás no la veo por ningún lado... Más de uno con dos copitas de más de anís "El Mono" o vino “Sansón” (también estaba el Tío Quinito) lo más accesible para la población obrera de mi infancia.
Ahora todo es corre y corre... incluso las cenas se improvisan, se llaman a los catering para facilitarnos el trabajo. La familia cena y luego cada uno a lo suyo, los mayores a ver el especial de navidad que dan en la tele, a la discoteca los mas jóvenes. Ya no existen las parrandas que iban de casa en casa, con timples, guitarras y panderetas, armando alboroto por un vaso de vino y un pizco turrón del duro... Ya no se ven las mesas “expositoras” donde cada familia ponía lo mejor de lo mejor para agasajar a sus vecinos, familiares y amigos…La puerta no se cerraba hasta las tantas y todo era más simple y sencillo, pero más verdadero.
Hoy me ha tocado añorar olores, sabores y sensaciones... Quisiera recuperar aquel espíritu, aunque sé que es un imposible... ya no es como antaño. Y lo peor de todo, es que ni siquiera yo soy la de antes.



El fin de año del 2007 no lo podré olvidar nunca. En Mayo del siguiente, mi hermana ingreso en la unidad de salud mental y solo ha estado en casa un mes escaso entre ingreso e ingreso en el año en curso. A fecha de hoy continua igual…

No tengo ganas de navidades, ni siquiera de poner un simple adorno que me señale que estamos en esas fiestas donde uno debería ser feliz…. ¡¡¡Y fíjense… que estoy parada y eso es lo menos que me importa!!! Dicen que estas fechas son tristes porque echas de menos a los que no están. Yo tengo el añadido que además de echar de menos a los que no están, echo en falta a alguien que vive muy cerca, pero su mente esta en su mundo a trillones del mio.


Mari yo se que esto no lo lees ni leeras nunca, pero quiero que sepas que te echo tanto de menos que a veces duele. Ademas... ¡¡¡te necesito con urgencia para que me ayudes a malcriar a tu nieto!!!... Cuanto me muele el jodio…