Mi yo interno (Segunda Parte o larga adolescencia)

Hace tiempo en un blog del que soy asidua relaté algo de mi adolescencia… Mis cambios hormonales, mis continuas metamorfosis y cambios de Looks al empezar en el instituto… Los complejos por sobrepeso (tema con el que estoy muy sensibilizada) y algún que otro desorden alimenticio, con lipotimias incluidas por no comer unido a problemas de adaptación, después de pasarme 10 años en el mismo colegio y con los mismos compañeros curso tras curso (somos animales de costumbres), en cierta forma curtieron y dieron forma de una manera especial a mi espíritu o esencia.

Mi melena era larga y rizada… tipo Shakira pero más anillada (colgaré una foto para que se aprecie)… esa melena que mama cuido con esmero desapareció en aras de mi rebeldía adolescente, con el consiguiente enfado por su parte, además de “atufarse” durante días, dirigiéndome la palabra para lo estrictamente necesario (mi madre es mu cabezota ¿a quién habrá salido su niña?, o sea, yo mismamente).

En el Insti empecé a perder peso, primero porque caminaba cerca de 10 km. Diarios (cinco de ida y cinco de vuelta) y segundo por lo comentado en un principio, sufrí desordenes alimenticios que no llegaron a convertirse en anorexia porque por una razón que desconozco odio vomitar e incluso estando muy enferma del estomago no puedo hacerlo ni aunque toque redoble de campanilla….

Empecé a llevar ropa holgada para ocultar aquel cuerpo que no me gustaba y luego por simple cuestión de estética. La mezcla de tendencias era lo mío, sobre todo porque tenía que aprovechar la ropa… Pañuelos hippie (escamoteados a mi hermana mayor) con vaqueros del rastro lavados a la piedra y suéter holgados de lana hechos por mama.

Con el tiempo y cuando empecé a tener ídolos musicales, intentaba a la medida de mis posibilidades vestirme acorde con lo que ellos llevaban…
Imité a Madonna y sus diferentes cambios estéticos… Primera etapa camisas superpuestas, zapato plano y con punta… medias y guantes de blonda…uñas pintadas de negro… pelo cardado, cadenas…cinturones…grandes pendientes…
Luego pasé a su etapa “True Blue”… Pelo casi decolorado (me hacia tantas mechas que deje de ser morena hasta convertirme en rubia), leggins negros con minifaldas con tutu… tops que dejaban ver mi vientre moreno, sin mangas para marcar musculatura (estuve durante meses en gimnasio y se me definieron los bíceps y tripeceps) Tirantes de colores…Botines… Aretas tan grandes que podría colgar una pareja de periquitos y no se caían y la famosa pintura de labios fija (o anti morreo) de color fucsia fosforito que nada más entrar en la disco, parecíamos una tribu con pinturas de guerra...

Fue en esa época (creo que la más loca de mi vida) que conocí a mi primer novio, que por cierto, no me gustaba para nada… Me llamaba más la atención un amigo suyo apodado el gitano… de pelo negro azabache y ojos verdes, una ricura de chico. Mirando atrás en el tiempo, aún no me explico como pude enrollarme con Tino.
Fue en la disco a la que íbamos que me enteré de la noticia.

En un momento que fuimos al baño mi amiga Ampi me dice… “¿Sabes a quien le gustas?” “¿a quien… a quien?”… dije con ilusión pensando que me iba a decir “Al gitano”… y me suelta sin anestesia, epidural o algo parecido… “A Tino”… “ahhh… a ese (dije sin ilusión)”… Luego estuve cerca de 4 años con él y puedo asegurar que no fueron los mejores años de mi vida, porque además de sus problemas con las drogas intento matar mi espíritu a base de menosprecios… Varias frases se gravaron en mi mente, haciendo que el poco amor que podría tenerle se fuera diluyendo como el agua, hasta convertirse en casi indiferencia.

Primera frase: “Compórtate que ya no eres una niña” Eso me dijo mientras jugaba con mis amigos de siempre en el monte y eso que solamente tenía 23 años, si es ahora o me repudia directamente o lo mando al coño Dña. Bernarda.

La otra “lindeza”: “No eres guapa pero te quiero igual”… ¡Como si el fuera Paúl Newman y me estuviera haciendo un favor!... Yo lo entendí como… “soy tu única opción porque como no eres guapa no puedes ligar con ningún otro” ¡No te jode! Es que yo era medio lela… porque con lo que se ahora me dice eso… y le largo cuatro frescas y me quedo más ancha que larga… En el fondo me daba pena el pobre… en realidad no sabía que se había encaprichado (no creo que estuviera enamorado de mi)… con “La niña las pimientas”, que por las buenas es un sol… pero por las malas… ¡Arde Troya! Al principio me callaba y aguantaba, pero cuando me enteré de sus coqueteos e "infidelidad" con las drogas mi aptitud cambio 360 grados. No le perdonaba ni una y más de un numerito le monte... como cuando se bajó del coche buscando pelea en una fiesta. Me pasé al lado del conductor y arranque el coche. ¿O cuando me quizó ningunear en una terraza de verano?.. le pedí las llaves de "mi coche" y me largue llorando de pura rabia y corriendo. Al ver por el rabillo del ojo que se me acercaba por detrás, bajé los seguors y arranqué. El se apoyó en el capot del coche y empecé a tocar la pita como una loca... Al final le deje subir al coche, me pasé desde estaba la terraza hasta su casa, lanzando sapos y culebras por mi boca y el mansito... mansito como un corderito... Yo creo que llegó a pensar que como estaba incluso le podría zurrar (no estaba mal encaminado)…

Nuestra ruptura fue algo fuera de lo normal (como no podía ser de otra forma conmigo como personaje principal). Empezaron a escasear tus visitas y sus llamadas telefónicas. Si algún amigo común le veía, le decía que no me comentase nada. A su padre le decía que venia a verme para que le dejara el coche y pasaban días y no le veía ni la sombra. Fue en una de estas que me llama después de no dar señales de vida. Informada de que había cobrado una chapusilla unos dias antes ( lo gastaba todo en su “querido” vicio), le pregunté que donde había estado, que si le había quedado algo para invitarme a merendar. Me dijo de todo menos bonita y me colgo el teléfono.

No supe nada de él en meses, yo pensé “Pos… habremos roto”… como nuca había tenido novio, pues no sabia como era eso de romper… Empecé a salir de marcha, me consideraba !¡¡¡¡Liiiibrreeee… como el sol cuando amanece…Yo eraaaaaaaaaaa libreeeee… como el maaaarrrr!!! Supongo que se enteró de que yo no estaba “rota de dolor” y llorando por las esquinas, o que me había cortado las venas, que unos días antes de la boda de mi prima de la que yo era madrina, me llamó al trabajo y empezó a darme la vara… Aquello que estaba más frío que un iceberg, hizo que no me cortara un pelo y le dijera “Mira…Yo ya no te quiero. ¿Entiendes?... No-te-qui-e-ro. Así que deja de llamarme. Y no aparezcas por aquí, porque ya les dije a los de seguridad que yo no tengo nada contigo”… “¡Ah! Y otra cosa… si tienes un poquito de vergüenza no se te ocurra aparecer por la boda de….” “¿y por que no?” “Porque no estas invitado y punto” y le colgué el teléfono.
Cuanta razón tenía papa al decirme que mi novio era un cantamañanas… Con toda su cara dura apareció a la boda… Mi familia y conocidos enterados de la historia, no le dirigieron la palabra por lo que tuvo que marcharse con el rabo entre las patas… Esa fue la última vez que vi al que con sus mentiras y sus menosprecios a mi persona, hizo que me planteará muy mucho las relaciones amorosas y que no me fiara ni un pelo de los hombres, durante un largo tiempo… Pero como no hay dos sin tres…volví a caer en las redes de Cupido para mi desgracia… Pero eso es otra historia que contaré más adelante…


Es sabido que algunos sucesos marcan mas que otros… Mi primera relación “amorosa” me hizo ser mucho más cauta con los hombres de lo que ya era… Pero como he oído por algún lado… las cosas que te pasan en la vida suceden por alguna razón y aunque dejan heridas, estas cicatrizan más tarde o más temprano, haciendo que se forme una especie de callo protector, que te hace madurar de alguna manera…

CONTINUARA