Desde el curro con amor... By Begomar...

Estoy en el curro….

Llevo días sin escribir pero es que se me sigue echando el tiempo encima. No hace ni dos semanas que monte el arbolito de navidad y demás adornos y ya hay que desmontarlo (el del trabajo sigue ahí…esperando que el jefe me diga algo). También hay que hacer hueco para guardar toda la ropa nueva que llegó el dia de Reyes e intenta volver a la “normalidad”, aunque está…como que no quiere aparecer (me refiero a la normalidad).

Muchas cosas han pasado durante estos días y la más importante (al menos para mi) es… ¡que por fin me han ingresado la paga extra!. Me veía a mi misma, escarbando en lo contenedoes cercanos a los supermercados, como si de una indigente se tratara. Ahora falta que nos transfieran el mes de diciembre, que por el camino que va la cosa, lo veré a finales de enero….

Tengo que decirles que los queridos y mágicos Reyes de Oriente, se han portado muy bien conmigo, al menos Melchor (mi hermano mayor que con el peluco y la barba es un clon de este), me regalo una minicadena con DVD incorporado, pero lo mas gratificante para mi, es la sensación que sentí en el corazón o mejor dicho en el alma (dicen que si sientes una puntada en el corazón que salgas por patas que es un infarto), al ver las caras de mi cuñada y mi hermano mayor cuando vieron sus presentes. A mi hermano le regale una video cámara con disco duro de 60 G, hay que hablar como si fuera entendida, y a Lucre, un ordenador portátil para que le de por las narices a los dos egoístas que tengo por sobrinos.

Las fiestas pasan deprisa y puedo asegurar sin exagerar, que ya estoy oliendo las tortitas de carnaval (estos están a la vuelta de la esquina) y el incienso de las procesiones.

Mientras escribo miro a mí alrededor…todos trabajan (menos yo que estoy de vaga). Ela súper liadísima con unos datos que le ha pedido el nuevo director de su departamento. Pepe (el papa de Ela), con sus interminables hojas de datos que hay que revisar antes de pasar al sistema informático. Mi compi Elo, con su mega calculadora. Suma…resta…divide, vuelve a sumar. A veces creo que la maquina se ha convertido en una extensión de si mismo y el jefe, que no deja de darme el coñazo para que llame al departamento financiero, que hace dos minutos llame y estaba comunicando.... ¡Joer! ¿Por qué no se va a dar un paseito por las instalaciones y me deja disfrutar de este momento de vaguerismo?.

Para no faltar a la costumbre, no me voy a quedar sin nombrar al comercial, (que hombre más inaguantable) que no para de aporrear las teclas como si tratara de un piano y estuviera tocando la cuarta sinfonía de Beethoven, así se le bloque el teclado cada dos por tres, hasta yo me bloqueo cuando lo escucho. Y lo peor es cuando conversa con alguno de sus clientes, porque este señor no habla…vocifera como Carmen la que vende pescado por el barrio. No soy exagerada cuando digo que más de una vez he sentido un zumbido en los tímpanos que me ha dejado aturdida. Seguro que si tuviera un medidor de decibelios este señor ya habría sobrepasado el límite estipulado por salud pública.

Mañana me toca corre, corre, en pleno escaqueo desayunil he recibido una llamada desde el Área de Bienestar Social del Ayuntamiento al que pertenezco. La señorita que hablo conmigo, me dijo que era el último trámite que quedaba por hacer, para poder recibir la ayuda que me concedan por el tema de la Ley de dependencia. A ver si hay suerte y no me piden más papeleo.

Estoy hecha polvo…a medio día no pude hacer la desconexión diaria de dos minutos con el cerebro en estánbay (en ingles stand by) de rigor. Me toco papelería, no es que esté de voluntaria en una tienda de bolis, lápices, ni mucho menos, sino que las existencia de útiles de higiene personal y hogareña, estaban en números rojos, por lo que tuve que ir por narices a comprar al Mercadona. Llegué a casa a las dos y cinco y parece que el tiempo corre más cuando tienes que colocar la compra. A las dos y veinte me senté y me comí un sándwich de jamón y queso enyurgante, mientras hacia zaping entre el telediario de la primera y el resumen de Gran Hermano en Telecinco…Un vaso de agua, limpieza de dientes y demás y ¡A CURRRRRAAARRRRR!.

Haciendo memoria, ahora entiendo porque estoy tan cansada. No pase una buena noche que digamos, porque mi señora madre me despertó a las tres y pico de la mañana con la televisión y lo peor no es que me despierte con la tele, sino que lo haga con una peli porno a toda leche. ¡Claro, como la señorita no tiene el audífono!. De repente y mezclado con sueños placenteros y no sexuales, lo que te despierta es el…. ¡aaaahhhh….ahhhhh…ahhhhh…ahhhhhh! de los actores pornos, jadeos fingidos o doblados (ese es otro tema que trataré más adelante) en el silencio de la noche. Pego un bote en la cama, al mismo tiempo que abro los ojos como platos y me bajo de la cama en una milésima de segundo, con el peligro que conlleva (mi cama está a un metro del altura del suelo). Salgo pitando a su habitación, sin nisiquiera calzarme, no sea que los vecinos crean que la “pervertidilla” es la que escribe y no la “santa” de mi madre.

¡Ayyy!, tengo unas ganas de que sean las seis, para irme para casa. Llegar, cambiar a mama, darle la cena y darle volquete en la cama. Luego yo acondiciono el hogar y me meto en el sobre tapada hasta las cejas para matar el frío, porque esa es otra…llevamos unos días de temperaturas tan bajas (cosa rara en las islas), que hasta las ideas han terminado por congelárseme.

…. Y el comercial sigue dando a las teclas del ordenador….que coñaaazoooo