jueves, 22 de mayo de 2008

Economía, politica de andar por casa

Hoy no estoy muy inspirada que digamos, pero haré un pequeño esfuerzo.

Esta tarde mi compañera de oficina y yo hemos bajado del primer piso, al lugar que la empresa ha habilitado para las maquinas expendedoras. Ella se tomo un café, mejor dicho un manchado (mucha leche y poco café) y yo me dedique a aspirar el humo que absorbía de un tubito cilíndrico de papel y tabaco. O sea, me fume un cigarro. Es otro de mis vicios confesables.

Estando ahí relajadas, cada una en nuestro tema, llegó otro compañero y al verme sin vaso en la mano, me preguntó muy educadamente si me apetecía tomarme un café, a lo que yo conteste…”No gracias…como estoy… me bebo un café y…”. “¿Estas nerviosa?”. Dude un segundo, pero conteste: “Pues no, solo algo estresada”. Y de verdad no lo estaba, porque cuando yo estoy nerviosa, siento en los oídos el latido de mi propio corazón, las manos me tiemblan como si padeciera parkinson y una sensación desagradable entre nauseas y ganas de comer se aposenta en mi estomago.
Este compañero comentó que no era la primera persona a la que escuchaba decir que estaba estresada. “ Yo no se", nos dijo, " Pero la gente esta rara, de bastante mal humor. A lo mejor es el tiempo. Como esta tan raro”. En verdad estamos padeciendo unos cambios radicales en cuanto al tiempo. Ya no sabemos si estamos en verano, otoño o invierno. En el mismo día te puede caer un chaparrón, como puedes achicharrarte como un lagarto. ELA, saco a relucir la crisis económica que nos ha invadido de poco tiempo para acá. Justo entonces, aproveche este giro en la conversación para soltar mi “famoso mitin”, extraído de las paginas de la Antigua Biblia (me he dado cuenta de que sirve para algo mas que asustar a los pecadores de la pradera). El versículo que relata las pesadilla que un grande Egipto tuvo, las famosas siete vacas flacas que se comían a siete gordas o las siete espigas chuchurrias que engullían a las siete hermosas y frondosas.y que José uno de los hijos de Abraham, al que sus propios hermanos por envidia y celos habían vendido como esclavo (ten hermanos para esto) interpreto como siete años de mucha abundancia, para seguidamente padecer siete de gran escasez.

Como dice ELA, en la economía del hogar cada uno hace lo que quiera y estoy totalmente de acuerdo con ella. Pero a mi me vino a la mente, los consejos que mi madre nos dio a todos sus hijos, inculcándonos la idea de ahorrar para tiempos peores. Lo que me hizo recapacitar, en que como nos eduquen nuestros mayores, forjaran lo que seamos de adultos, en este caso, el ser o no ahorrador.

Mi madre, nació en el año 1930, en una de las mal llamadas islas menores. Siendo la quinta de nueve hermanos, le toco vivir en carne propia la guerra civil española, una post guerra aún peor y la escasez de alimentos por una segunda guerra mundial cruenta. Algo enfermiza en su infancia, no fue al colegio, a mi abuela le era más necesaria en la casa, para realizar alguna que otra labor en el hogar o para cuidar a los más pequeños.
Cuando tenía unos 20 años, emigró junto con toda su familia a Tenerife. Aquí conoció a mi padre otro inmigrante venido a menos, se enamoro y se caso en tres meses (las cosas se hacían así de rápido en aquellos tiempos). Tuvo cinco hijos, tres de ellos con dos años de diferencia, por lo que mama tenia que hacer juegos malabares con el único sueldo que entraba en casa. Alimentarnos bien, vestirnos y procurarnos una buena educación, aquella de la que ella había carecido en su infancia. Siempre escuche de sus labios, que no quería que sus hijos fueran unos ignorantes como era ella. Nos crió a todos sin el respaldo de su marido en las decisiones, haciendo de padre y madre en las buenas y en las malas. Papa estuvo la mayor tiempo de su vida laboral embarcado, trabajando durante muchos años (hasta que se jubilo) para una famosa compañía naviera española.
A mis hermanos y a mi se nos ha inculcado desde muy pequeños, que si tenemos diez, nos mentalicemos que solo disponemos de ocho, olvidemos los dos restantes como si estos no existieran y los metiéramos en la cartilla de ahorro. Su lema era “Uno no sabe que puede pasar mañana”.

Empecé a trabajar de forma regular en 1989 y desde entonces he destinado una pequeña parte de mi suelo al ahorro, siempre pensando que quizás mañana no estaré trabajando y no podré vivir del misero sueldo de pensionista que tiene mi madre. Algunos conocidos, entre bromas y veras me llaman usurera y tacaña, pero a mi da igual. Yo se se que en el sentido económico tengo las espaldas cubiertas durante un tiempo suficiente para organizar mi vida, buscar un nuevo empleo, etc... Puedo presumir de haberme comprado 3 coches desde que tengo el carne de conducir, coches que nadie me ha ayudado a pagar y que yo sin ningun egoismo (y no me echo flores) he traspasado a dos familiares. Creo (al menos yo se que es así) que no me privo de ningún capricho medianamente posible, un móvil, un portátil, una cámara…libros para leer....

No se lo que pensó Ela mi compañera de oficina, el día que me vio por vez primera sumando, restando y dividiendo lo que ganaba de nómina al mes, a la pobre, se le vendría a la mente en que manicomio había ido a parar. Pero yo soy así, tengo ese defecto o virtud, como lo quieran interpretar. Dispongo de una hoja de Excel, en la que anoto escrupulosamente el mínimo gasto previsto para el mes que va ha entrar, cuadrando todos y cada uno de los centimos que gano, destinando tal cantidad para gasolina, tal para la casa, otro tanto para primitivas y cigarros. Me duele ver a gente apurada, cuando tienen que esperar a ingresos extras para pagar el seguro del coche. Yo tengo un, en cambio yo, se que ese importe esta cubierto, ya que me he dedicado a ingresar en cuenta una cueta fija durante 12 meses para evitar malas sorpresas

Luego están los llamados pufos, las compras que realizamos con tarjeta de crédito, en mi caso la de “EL CORTE INGLES”. Siempre evito meterme en un nuevo plazo, sin antes haber liquidado el anterior. La unica tarjeta bancaría que llevo en la cartera, es por imposición, huvo cambio la politica de la empresa en cuestion de nóminas y no me quedo otro remedio que faciliatar un numero de cuenta para que me transfirienan el sueldo cada mes. Aunque parezca un bicho raro, no suelo tirar de ella en caso de imprevistos. Yo saco una cantidad en efectivo al mes y me olvido completamente de la clavecard. Terminado el efectivo...termian los gastos y ajo y agua.

Se de gente que se ha visto hasta el cuello de deudas, aunque las ves presumiendo de su nueva adquisición de cuatro ruedas, del television de pantalla plana de 42 pulgadas, o el ultimo modelo de telefono movil que ha salido al mercado, con camara digital de 3 megapilsels, PDA, Wifi y GPS incorporado. Es algo que no me entra en la cabeza, algunos solo tienen 1000 euros de sueldo y se gastan 1500, tirando de tarjetas de todo tipo o si no de lo ultimo y mas moderno, los creditos faciles, esos que se anuncian como churros en tv y radio, que te cobran un dineral de intereses, por una mierda de prestamo.

A todos les digo, en estos momentos de crisis, hay que saber economizar en lo mas mínimo. Comprar lo realmente necesario e imprescindible y ahorrar un minimo, aunque solo sean 10 euros al mes, porque al final del año, esos se habrán convertido en 120. Reciclar los alimentos y no tirarlos. El pan, los granos… yo que se. Son miles las maneras de llegar a final del mes sin sentir que tienes el agua al cuello. Lo que sucede es que hay gente lleva tal tren de vida, que mas que un tren parece el AVE Madrid-Sevilla (por decir alguno), que no privan de nada y luego los ves amargados, con los ojos acuosos, maldiciendo su mala suerte y lo ingusta que es la vida con ellos.
Como me decia mi madre... "... pues que no se hechen el pedo mas grande que el culo"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Consejos para evitar ser manipulados:

Cuando alguien te diga: Lo que debiste hacer o Lo que debiste decir es tal cosa, apresúrese a responderle: ¿Me propones acaso que intente retroceder el tiempo para hacer lo que debía haber hecho.

Ande con mucho cuidado, el término mágico "por qué" puede mantenerle en perpetua retirada. Y usted no tiene que estar siempre dando explicaciones de por qué ha hecho las cosas de la forma que las hizo. Las hizo así porque esa fue su propia determinación y ya está