jueves, 17 de abril de 2008

Un dia como otro cualquiera

Querido diario:
Hoy es un día como otro cualquiera, excepto porque trabajo.
Te estoy utilizando, para eliminar del disco duro en el que se ha convertido mi cerebro, todo lo negativo y absurdo que me toca vivir. Por tanto durante un tiempo, que espero sea breve, te hablaré de lo que estoy pasando ahora con mi hermana mayor. O sea... empacho monotematico a la carta.
No es un secreto que sigo viviendo en casa de mama, con ella, mi hermana mayor y la incorporación de un nuevo miembro en mi exigua familia....mi niña... un bichon maltes que compré al día siguiente de firmar la eutanacia de Twingo, de haber jurado y per-jurado que no queria más perros en mi vida y de haber llorado horas y horas sin consuelo alguno. Sigo soltera y aunque presumo de que prefiero mi estado por comodidad y por elección, en realidad más bien creo que es porque tengo la absurda esperanza de que algún día llegue mi príncipe azul flojo, y me rescate de las garras del "monstruo" de mi absurda vida. Sigo cuidando de las dos, con la ayuda escasa a veces, de mis hermanos y demás familia (mi cuñada que es un sol) y con la del GRAN JEFE, o sea, DIOS.
Esta semana empezo y terminará igual que la anterior, con mi hermana con ligeras fluctuaciones en su enfermedad, por lo que tengo poco o nada que contar, excepto que no quiere salir de casa y que es reacia a tomarse la medicación, aunque al final la toma por mi insistencia, mis invenciones y mi comedera de coco.
Mi hermana... una extraña por momentos...una niña en otros.
Su maldita enfermedad la aisla y para colmo de males, noticias tan siniestras y dramaticas ocurridas en esta semana, cuyos protagonistas son enfermos mentales, hacen que la miren como si fuera una apestada. Con miedo...
La mayoria me dicen que la enfermedad de mi hermana mermará mi salud, cosa que no pongo en duda, ya que mino la salud de mi madre, convirtiendola en una persona dependiente de mi y aceleró la de mi padre hasta la muerte. Pero todo me da igual, se que en estos momentos ella nos necesita mas que nunca y mientras gente agena le da la espalda yo no lo voy ha hacer.
Cada día que pasa y nada más entrar por la puerta, empieza con su berborrea sin sentido... luego me pide perdón, como si en uno de sus momentos lucidos reconociera que su enfermedad nos hace sufrir. Acto seguido, me increma de la poca o nula credulidad que doy a sus palabras.... "papa esta en la cárcel"... Papa murió hace dos años... "no hace falta que trabajes...yo soy millonaria"... Ella cobra una misera pensión no contributiva por su incapacidad.
Le suelen dar momentos de atracón, que achaca a la medicación o momentos al limite de la anorexia, en los que tengo que convencerla para que coma algo... incluso jugando con ella como si fuera una niña pequeña... "esta por papa...esta por mama...".
Cuando hablo de ella en mi trabajo y gracias, entre comillas a la gran propaganda que circula en los medios informativos, ante algunos casos extremos de enfermos mentales, me dicen que tenga cuidado... que no me fie de ella, porque bajo su enfermedad puede cometer cualquier locura, se que me lo dicen porque me quieren y no desean que nada malo me ocurra, pero sinceramente, mi hermana en este estado me inspira una inmensa pena y una gran impotencia, porque no puedo hacer nada para remediarle sus males, solo darle cariño. La veo tan desprotegida, tan indefensa a veces...

Ella, en estos momentos no quiere reconocer su enfermedad, porque en el fondo la teme.

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Consejos para evitar ser manipulados:

Cuando alguien te diga: Lo que debiste hacer o Lo que debiste decir es tal cosa, apresúrese a responderle: ¿Me propones acaso que intente retroceder el tiempo para hacer lo que debía haber hecho.

Ande con mucho cuidado, el término mágico "por qué" puede mantenerle en perpetua retirada. Y usted no tiene que estar siempre dando explicaciones de por qué ha hecho las cosas de la forma que las hizo. Las hizo así porque esa fue su propia determinación y ya está